En mi hogar todos estaban consternados.La noticia nos había golpeado inesperada:Carmen Nordelo Tejera, había dejado de existir y Gerardo Hernández Nordelo, el Heroe de la República de Cuba, no pudo estar en sus funerales por encontrarse prisionero en una cárcel de alta seguridad en el norte revuelto y brutal que nos desprecia,como afirmara nuestro Apóstol, cumpliendo una condena injusta de dos cadenas perpetuas y 15 años por el hecho de enfrentar a los terroristas que desde Miami traen la muerte a nuestro pueblo.
El Heroe prisionero no vertió una lágrima frente a sus carceleros al conocer el deceso de Carmen, la amada madre, para que los apatridas no se regocijaran con su dolor. Lágrimas sí, torrentes que al brotar del corazón corrieron por dentro de su cuerpo, generosas lágrimas de amor a la madre, que muy enferma luchó hasta el último aliento, para que el mundo conociera la infamia cometida contra el hijo y sus cuatro compañeros, también Heroes de la Patria condenados en cárceles del imperio.
Yo bien se, que nuestros pensamientos quisieran alcanzar al Heroe en la soledad carcelaria, que por más de once años ha padecido y decirle que Carmen Nordelo Tejera continúa viviendo en nuestro pueblo, que su orfandad la amparan las madres cubanas para que nunca se encuentre solo.
Ahora, valiente e incorruptible hermano, tu esposa Adriana Pérez O´Connor continua la batalla de Carmen junto a Cuba y el mundo honrado que les defienden, convencidos de vuestra inocencia, para alcanzar la justicia y que retornes a la Patria junto a tus compañeros Ramón, Antonio,Fernando y René encerrados en prisiones independientes por la misma bárbara sentencia comprada con fraudulentos dólares y amenazas de la mafia gusano americana que en la Florida sirve a aquel gobierno.
Aquí en la tierra de Martí y Fidel, orgullosos de sus Cinco Heroes anti terroristas, les aguardan para honrarles en el regreso victorioso,junto a sus familiares, once millones de cubanos y el abrazo paternal de nuestro Comandante en Jefe que continúa repitiendo para el universo con la hidalguía de su inmenso corazón:¡ VOLVERÁN!
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