Hoy volví a recordarte,inolvidable Celia .
Rostro gentil, mirada buena desbordada en ternuras, palabra amable para quienes en cualquier momento la procuraban. En su sonrisa alguien nos dijo que surgió la alborada para que los desposeidos hallaran el amanecer de su presencia.
Su nombre que se hizo peremne en los labios humildes, anduvo con los pobres de la tierra y compartió con ellos el caudal infinito de su generosidad transparente.
Ella sabía darle un refugio a la esperanza de quienes la buscaban
Ella conocía los sueños del legendario Comandante que ascendió a las montañas para lograr en el combate la hazaña de hacer realidad toda la justicia.
En aquellos combates junto a Fidel mostró la estirpe heredada de Mariana Grajales.
Y su tiempo laborioso le alcanzaba para sentarse en la esquinita de alguna silla que cerca se encontrara para escuchar las tristezas que los más sufridos le llevaban .
Así la encontró el pueblo cada día,pródiga en bondad y también orgullosa y temeraria.
¿Frágil? No lo se, pero desde la intimidad de su manera era frutal,sencilla y cándidamente mágica para hacerse dueña del amor que solo con su presencia bondadosa concitaba.
Pero...¡No! ella era fuerte,increiblemente trabajada en el recio metal con que se forjan los Heroes de la Patria.
Hoy,cuando cuando vuelvo a repetir que Celia Sánchez Manduley se quedó en la alborada, me detendré a tocarla con mis ojos desde el recuerdo azul de la nostalgia.
Así podré convertirla en girasol, en madreselvas de una noche lejana, en el sueño victorioso de un enero y volveré a encontrarla en el rocío que en el amanecer se posa en los pétalos de cada mariposa perfumada.
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