martes, 1 de junio de 2010

Las Monedas Valiosas del Capital Humano. Por Vick Miller

Día a día la Televisión Cubana lleva a los hogares el permanente bregar de nuestros Trabajadores de la Salud por desolados lugares de Nuestra América, donde la miseria arrinconó a sus más autóctonos habitantes y la ausencia de los médicos a quienes nunca conocieron, en la fatal resignación de los humildes, incapaz de concebir sus derechos de ser atendidos en las enfermedades o cualquier accidente que comprometiera sus vidas, y mucho menos imaginar que hombres y mujeres estudian y se gradúan para salvarles en una pequeña isla del Mar Caribe llamada: Cuba.

¿Acaso un milagro?...¡No!...¿Ingeniosidad de la mente humana?...¡Sí!...La genial percepción de un hombre en su empeño de proteger a los desposeídos: el Comandante que con una estrella que ilumina y salva en su frente concibió crear un capital de amor y humanidad para socorrerles donde quiera que se encontraran y recibir tan solo en pago, como la moneda de más valor: la sonrisa sincera y agradecida de los humildes, esa que llena de felicidad y sabe tocar a las puertas del corazón de los hombres y mujeres honestos.

Estos médicos, ya no sólo nuestros, también de los países que les envían a prepararse en Cuba, van llevando la medicina que salva, la acción sanadora y el auxilio a los más abandonados, a quienes siempre les condenó su pobreza...esa que los gobernantes corruptos jamás tuvieron en cuenta.

Día a día la Televisión Cubana nos muestra las penalidades de los caminos por donde andan nuestros médicos, enfermeras y personal de la Salud imprescindibles, a riesgo incluso de la vida, castigados por las inclemencias del tiempo, que siempre han padecido los desamparados que habitan en esos lóbregos rincones, donde ya comienza a alcanzarles la luz benefactora del Socialismo.

Hoy cuando usted encuentre en la Televisión Cubana el reporte de sus valientes corresponsales, que acompañan a nuestros hijos en la misión grandiosa que les encomendó Fidel y observe la depauperada salud de sus pacientes y la luminosa sonrisa con que agradecen la solidaridad que comienzan a conocer, si una lágrima sorprende sus ojos, es porque las monedas valiosas del Capital Humano también compraron a su corazón.

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