miércoles, 2 de septiembre de 2009

HUELLAS DE AMOR. Vick. Gómez Miller

Cuando en el lecho dejamos nuestras huellas
era como una rama florecida.
Y ya no fue un adios la despedida
sino el comienzo de palabras bellas.
Hoy no se donde estás pero presiento
que tu voz en la distancia llama
y no quisiera entonces que amanezca
mientras que tus palabras en el viento
evocan el amor sobre tu cama.


PENSANDO EN TÍ.

Estoy pensando en tí,
afuera hay frío.
Oigo voces llegar desde la calle;
me atenaza feroz un cruel hastío.
Aun recuerdo tu talle y tus manos,
mas no sueño, no hace falta soñar que estoy contigo.
Te me pareces tanto a mi pequeño
y el me habla de tí y yo le digo
incoherentes palabras.
Son iguales los dos y muchas veces
en él te he acariciado y no mereces
ni ternuras ni instintos criminales.
Te estoy aborreciendo tanto...¡tanto!
por toda tu maldad y tu egoismo
que siento a veces asco de mi mismo
por seguir enlazado de tu encanto.
Y por eso, en instantes de locura,
cuando llego en su rostro a imaginarte
son tantos los deseos de matarte
que casi he extrangulado la criatura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario