Cuando la ví desnuda y sin estrellas
en la noche inesperada de nosotros
pensé besarla y no decirle nada,
cerrar la puerta y retirarme solo.
Su lecho no miré , no volví el rostro
en sus ojos temí sorprender lágrimas,
la calle entonces conoció mis pasos
mientras remolineaba un aire sordo
No he vuelto a ver a la mujer aquella
en su lecho olvidado y silencioso
pero voy a encender alguna estrella
en la noche anunciada de nosotros.
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