martes, 15 de diciembre de 2009

ODAS MAMBISAS, Evocación de Navarro Luna. Por Vick G.Miller

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¡ CAMPANA. . . ! 1926

Campana:
¡No se forjó tu bronce
para las cosas sin importancia!
Ni para que llorases en las exequias de cual o tal difunto,
ni para ninguno de esos repiqueteos
de la fe provinciana.
¡ No se forjó tu bronce
para las inútiles palabras!

¡ De una aleación de angustias,
de una aleación de lágrimas,
surgió tu espíritu para los truenos iracundos,
para los arrebatos de las cóleras sagradas,
para afilar cuchillos
sobre la punta de la encendida madrugada!

Tu vientre engendró el fuego y se abrió luego en chispas;
dura tenías la boca,
y derramaste el grito incontenible sobre el corazón de la montaña;
¡la carne de las piedras se estremeció en el monte
y la carne del monte se hizo llamas;
y en las llamas los hombres eran como banderas
por el incendio enarboladas!

¡Lo sabemos! ¡Es claro que lo sabemos!
Pero ahora tu estás obligada
a bailar con nosotros un largo rato en los festines del ridículo,
en todas esas ridículas y grotescas zarabandas,
aunque pongas el ceño torvo
y aprietes la boca desdentada.
Para algo te trajimos del sitio en que dormías,
-¡ tal vez algún sueño sin ansias!-
entre los incómodos brazos del silencio,
de la mugre y de las telarañas !
¡ Para algo te trajimos a que lucieras, como luces,
en el centro de nuestra casa!

¡No se forjó tu bronce
para las inútiles palabras. . .!
¡ No se forjó tu bronce
más que para volcar el grito delirante sobre la carne esclava. . . !
Y ya ves,
¡ oh Campana,
Campana
de la Demajagua. . . !

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