viernes, 19 de junio de 2009

POEMA GAUCHO. 1959.

No se asombre viejo si me ve llorando;
no soy un cobarde,pero me castiga duro
el recuerdo de ella,del otro y el recuerdo santo
de aquel hijo mío, un sol de inocencia
que pago la furia tan loca,salvaje,
que clavó en mi alma su mala traición.
¿Quiere que le cuente?...pero no se asombre
si el llanto me ahoga...¡Usted me comprende!
Un hijo. ¿Usted sabe viejo lo qué es un hijo?
Manitos que brindan la caricia pura,
ojitos muy negros de mirada ingenua,
voz que nos regala celestial arpegio;
un hijo es pa´el alma raro sortilegio
que brinda emociones dulces, inefables.
No sabe usted viejo como lo quería:
cuando yo de tarde cansado llegaba:
siempre me esperaba...siempre me esperaba,
sus bracitos tiernos a mi se enroscaban
y en mi húmeda frente un beso dejaba.
Si supiera viejo,lo que es esta angustia
de verse clavo el remordimiento.
Si sintiera viejo esto que yo siento
cuando el pensamiento va por los caminos
negros del recuerdo y miro mis manos,
que las siento húmedas,como aquella noche.
¿Quiere que le cuente? Pero no se asombre
si el llanto me ahoga. ¡Usted me comprende!
Yo iba muy alegre, en mi pensamiento
iban retozando la voz y la risa ingenua de mi hijo
y el beso, el beso de siempre de mi compañera.
Llegue silencioso,me aceque a la puerta,
la abrí poco a poco pensando en mi hijo...
Y no sabe usted viejo,que llamarada de ultraje y de odio
me cegó los ojos y apagó mi voz.
Yo que la quería, que loco la amaba...
era un beso largo que a pérfidos labios
ella le entregaba...era un beso largo...
filo que partía en muchos pedazos mi felicidad.
Los miré cual si fueran una sombra mala,
apreté los labios y brilló en mi mano
la maldita hoja de mi perdición.
Pero aquel canalla de un salto brusco apagó la luz
y fue todo sombras,pero a ciegas,loco,
quería vengarme y palpó mi mano
en lo oscuro un cuerpo y una y muchas veces clavé mi puñal.
Húmedas las manos di fuego a la mecha
pa´verlos juntitos para siempre viejo.
Ellos ya no estaban...
me miré las manos,humedas de sangre,
de mi mismo hijo.
No sabe usté viejo como lo quería...
cuando yo de tarde cansado llegaba
siempre me esperaba...siempre me esperaba,
sus bracitos tiernos a mi se enroscaban
y en mi húmeda frente un beso dejaba.
Si supiera viejo lo que es esta angustia
de verse clavado el remorcimiento...
si sintiera viejo esto que yo siento
cuando el pensamiento
va por los caminos negros del recuerdo.

1 comentario:

  1. Este poema Gaucho me ha gustado mucho, el tema es original y esta lleno de emociones. Es suyo estimado Vick? Espero seguir leyendo y compartiendo mis poemas con usted.

    Un saludo,

    Carli C4, poeta cubano.

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