Te tuve tantas veces sin tenerte
que al dejarme no supe que partías;
nunca supe si acaso me querías
o si pude yo bien o mal quererte.
Te fuiste de mi lado y al perderte
no dejaste ni penas ni alegrías,
acaso presentí que volverías:
hay cosas que retornan de la muerte.
Y después de tu amor inmenso y breve
en las noches de invierno cuando llueve
la duda entre sus llams me consume.
Y si la lluvia triste se detiene,
desde las sombras misteriosas viene
inexplicablemente tu perfume.
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