lunes, 19 de abril de 2010

Poemas de Vick Miller

A una amiga de ojos verdes.

Usted siempre delante
como si en el recuerdo tuviera de luciérnaga.
Usted obstinada y definitiva
con su mirada verde
agazapada en las cuatro habitaciones sangrantes
de mi corazón.



Texto Para Una Canción.

Olvida aquella tarde,
olvida aquellas
palabras de ofensivo desespero,
olvida el sinsabor de las querellas
pero nunca tu olvides que te quiero.
Nunca pensé en herirte
y que esas huellas
nublaran nuestro ensueño más sincero.
Fue tu dios como un cielo sin estrellas,
pero nunca tu olvides que te quiero .
En mi sueño eres todo lo que existe
y aunque no vuelvas...¡siempre yo te espero!.
Sabes que soy el hombre que quisiste,
pero nunca tu olvides que te quiero.
Jamás podré tener tus labios en los míos.
Se que al negar tu amor viviendo muero,
se que andaré por todos los hastíos...
pero nunca tu olvides que te quiero.

Para Morir Sin Tí.

Me voy con la tristeza de no verte
en el último instante de mi vida,
pero sabiendo que así la despedida
resultará más fácil,si la muerte
me arrastra en el final, en mi partida,
hacia un abismo sin amor ni suerte,
donde será imposible allá quererte,
donde el dolor de acá pronto se olvida.
Y morirme sin tí, sin tu mirada
que me alumbre el final de la jornada,
sin tus manos divinas...sin tu voz.
Sentir que el corazón de latir cesa,
y llevarme al arcano la tristeza
de no besarte,ni decirte adios.

Poema Gaucho.

No se asombre Viejo si me ve llorando,
no soy un cobarde, pero me castiga duro,
el recuerdo de ella, del otro...y el recuerdo santo
de aquel hijo mío.
De aquel hijo mío que era mi alegría,
un sol de inocencias
que pagó la furia tan loca, salvaje,
que clavó en mi alma su mala traición.
Un hijo...¿usted sabe Viejo lo que es un hijo?
Manitas que brindan la caricia pura,
ojitos muy negros de mirada ingenua,
voz que nos regala celestial arpegio;
un hijo es pal´alma raro sortilegio
que brinda emociones dulces, inefables.
No sabe usted Viejo, como lo quería,
cuando yo de tarde cansado llegaba...
siempre me esperaba...siempre me esperaba,
sus bracitos tiernos a mi se enroscaban
y en mi humeda frente un beso dejaba.
Si supiera Viejo lo que es esta angustia
de verse clavado el remordimiento,
si sintiera Viejo esto que yo siento,
cuando el pensamiento
va por los caminos negros del recuerdo
y miro mis manos que las siento húmedas,
como aquella noche...¡como aquella noche!
¿Quiere que le cuente?...pero, no se asombre
si el llanto me ahoga.
¿Usted me comprende?
Yo iba muy alegre,
en mi pensamiento iban retozando
la voz y la risa ingenua de mi hijo
y el beso, el beso de siempre de mi compañera.
Llegue silecioso, me acerqué a la puerta,
la abrí poco a poco pensando en mi hijo...
y no sabe usted Viejo
que llamarada de ultraje y de odio
me cegó los ojos y apagó mi voz...
yo que la quería, que loco la amaba...
era un beso largo
que a pérfidos labios ella le entregaba...
era un beso largo...filo que partía
en muchos pedazos mi felicidad.
Los miré cual si fueran una sombra mala,
apreté los labios y brillo en mis manos
la maldita hoja de mi perdición.
Pero aquel canalla,
dió un salto brusco y apagó la luz
y fue todo sombras, pero a ciegas, loco,
quería vengarme... y palpó mi mano en lo oscuro un cuerpo
y una y muchas veces clavé mi puñal.
Húmedas las manos dí fuego a la mecha
pa´verlos junticos para siempre, Viejo.
¡Ellos ya no estaban!
Me miré las manos húmedas de sangre,
¡sangre de mi sangre!...¡de mi mismo hijo!
No sabe usted Viejo como lo quería,
cuando yo de tarde cansado llegaba
siempre me esperaba...siempre me esperaba.
Sus bracitos tiernos a mi se enroscaban
y en mi húmeda frente un beso dejaba.
Si supiera Viejo,
lo que es esta angustia
de verse clavado el remordimiento.
Si sintiera Viejo esto que yo siento
cuando el pensamiento
va por los caminos negros del recuerdo.
¡Si sintiera Viejo esto que yo siento...
cuando el pensamiento va por los caminos
negros del recuerdo.




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