sábado, 13 de marzo de 2010

La Ceguera del Corazón. Por Arnaldo Gómez Lotti.

La ira cegó mi corazón
y todos los pensamientos adversos
fluyeron indetenibles en mi mente.
Supe entonces que no nos reconciliariamos.
Hubiera querido marcharme,
alejarme de tus brazos,
invocar mil aguaceros
para arrancar de mí, definitivamente,
tu marca de mi piel.
Quise encontrar un manantial de alcohol,
ahogarme en su fluido y sin embargo,
siempre he sido muy torpe en decidir
y he apostado equivocadamente
para encontrar la forma de hallarte,
porque estamos a tiempo
antes de que se malogre nuestro amor,
y el volcán de nuestros caracteres
lo convierta todo en cenizas humeantes.
Sin embargo en la serenidad
conque hoy mi corazón
evoca tu ausencia,
quisiera cultivar para tí
mis tímidas rosas.
recortar del horizonte su arcoiris
y conservarlo para cubrir tu desnudez.
Luego dejar que galope locamente
en tu quebrada el potro ciego del deseo
y poner en tus manos
todos mis poemas convertidos
en palomas de papel.
No quisiera pensar que tu pudieras
arrancarme del hogar,
que a pesar de tí y de mí
y de nuestra nebulosa confusión,
existe la esperanza,
en nuestros egocéntricos corazones
de que todavía nos amemos.

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