domingo, 21 de marzo de 2010

La Naturaleza habla mientras los poderosos no la escuchan. Por Vick Miller

He tomado una sentencia de Victor Hugo, para parafrasear su pensamiento que denuncia la tristeza que produce a la naturaleza hablar y el género humano no la escuche, mientras la tierra avanza hacia la hecatombe final.
El penúltimo intento para detener la carrera de la muerte fracasó en Copenhague, cuando un grupo de los países más ricos, encabezados por los Estados Unidos saboteó el propósito de comprometerse a disminuir obstensiblemente el arrojo de bióxido de carbono a la atmósfera, para detener el cambio climático. La tardía llegada de Barack Obama,estuvo relacionada a presentar un documento concebido por éste y sus tanques pensantes,analizado a puertas cerradas en unión de los miembros de la Unión Europea y otros invitados por el presidente norteamericno.
La mayoría de los países miembros de las Naciones Unidos,luego de interminables horas de espera se vieron burlados por el representante de Holanda,presidente de la citada Cumbre,quien certificó la probación de tal declaratoria
El rechazo firme y acusatorio del Canciller Cubano y otros representantes del ALBA desenmascaró la pretensión de llevar el planeta al genocidio
Justiificación, secreto a grndes voces el uso del petróleo,combustible fósil que generó la tierra en millones de años, y que utilizado en vehículos,y en guerras por apropiarse de los territorios ricos en tales reservas,justificando las agresiones con la falsa acusación de terrorismo.
Ahora, estas potencias minoritarias,con su falacia, no conceden ni a sus descendientes, dígse nietos, bisnietos, tataranietos...la posibilidad de que sus piés puedan seguir sostenidos por el suelo del planeta.
Bolivia, en la evocación de Ernesto Che Guevara,y de sus pobladores originarios, consagra todos sus esfuerzos en la convocatoria de una Cumbre en que participen todos los pueblos y logre la humanidad impedir que el efecto invernadero,generado por el CO2 destruya a la Madre Tierra, a la Pacha Mama.
Esta tierra que clama con más frecuencia e intensidad de sus sacudidas que la salven.
La Naturaleza habla, denuncia que en nuestro planeta si no se detiene la ambición no habrán niños,ni canciones, ni flores, ni palomas, ni esperanzas porque quienes la destruyen logran también con ello hasta asesinar a Dios

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