sábado, 27 de marzo de 2010

La Medicina Cubana. Esperanza de los humildes. Por Vick Miller

Hace más de 50 años que el imperialismo perdió el sueño, porque había triunfado la Revolución Cubana, y para su angustiosa sorpresa, los nuevos dirigentes no inclinaban la cabeza, ni esperaban las órdenes de quienes habían sido los amos.
Una luz sin igual se encendía para los habitantes de la isla caribeña que con su sangre derramada se convertían en conquistadores de la esperanza.
La sabiduría incomparable de Fidel tomaba la idea de crear un capital capaz de tocar a todas las puertas. Él le llamó Capital Humano.
Hoy en la visión que ofrece la nuestra prensa del accionar de nuestros médicos,acompañados por estudiantes de la América humilde que estudianla medicina en Cuba,en la búsqueda incansable de los más traumatizados por las enfermedades degenerativas, hasta los más apartados rincones, refugiados en cobachas por ellos levantadas, donde agonizan, carentes de la medicina que salva, comienza a llegar a ellos la generosa idea del capital humano.
Hoy, una vez más, al conectar la televisión aprecié que la tristeza de los desposeidos en Ecuador, como ocurre en Bolivia, Nicaragua y tantos otros lugarfes del Caribe, Centro y Sur América, donde es ahora que sus gobiernos revolucionarios, hermanados en el ALBA inician el rescte de la salud y la dignidad,era capaz de oprimir los corazones de la gente honrada.
Observamos compdecidos a pequeñuelos que la ausencia de los médicos impidió que crecieran como niños sanos,angustiosamente deformados e inválidos. Niños que nunca conocieron la tradición de los Días de los Reyes Magos y solo el hada negra de la penuria espantosa tocó a sus puertas.
Hoy volví a encontrar a nuestros médicos en la intrincada soledad consolándoles, enseñandoles a moverse en sillas de ruedas, esas que siempre les tiene el ALBA, y ver en sus ingenuos ojos la alegría inefable de una jamás soñada felicidad,porque por primera vez se podían trasladar de un lugar a otro por ellos mismos y sus sonrisas acrecentaban el milagro que les ofrecían las mujeres y los hombres del nuevo amanecer
Y les escuchamos manifestar los hasta entonces silentes ensueños. La niña deseaba estudiar para defender a quienes como ellos condenó el desamparo y con un lenguaje claro,muy claro confesó que el hablar muy bien sería su arma.
¿Cuántas injusticias de la mano del egoismo recorre el planeta, a cuántos gobiernos poderosos les importó nuestra ancestral agonía?
Hoy, como desde hace muchos años a quienes defienden a los humildes se les sigue llamando Comunistas. Y a los que aniquilan a la humanidad y llevan la tierra al cataclismo del cambio climático se les dice Poderosos.
Pienso que para estos últimos la revelación bíblica del ojo de la aguja, por donde primero pasaría un camello que entrar un rico al reino de los cielos, ese agujero, sigue empequeñeciéndose. Y confieso que al lado de nuestros médicos andarán en todo momento nuestros corazones,que comprenden que a pesar de la sabiduría y la bondad de ellos para atender las enfermedades que postran a los humildes, al volver a observar por la televisión cubana el cumplimiento de la más humana misión que pudo encomendarles nuestro Comandante en Jefe, un llanto silencioso volverá a enturbiar nuestras pupilas

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