martes, 15 de febrero de 2011

El Amor es un Caminante. Las Dos Historias del bluyín por Vick G. Miller

El Amor es un Caminante y las dos historias que escuchamos del bluyín.

Una investigadora sagaz y muy coqueta publicó en su libro Hablemos del Idioma, su
Versión de los orígenes de esa prende de vestir que califica de útil y cómoda y que según nos cuenta el azulón también conocido por pitusa o vaqueros en otras regiones,
Escudriñando en sus orígenes no es tan juvenil ni extraordinaria como algunos se
Imaginan.
Una investigadora sagaz y muy coqueta publicó en su libro Hablemos del Idioma, su
Versión de los orígenes de esa prenda de vestir que califica de útil y cómoda y que según nos cuenta el azulón también conocido por pitusa o vaqueros en otras regiones,
Escudriñando en sus orígenes no es tan juvenil ni extraordinaria como algunos se
Imaginan.
Remitiéndose hacia el año 1860 , cuando en la Costa Oeste de San Francisco, en plena “Fiebre de Oro” un señor llamado Levi Strauss dedicado al negocio de las carpas, toldos, y otros materiales gruesos se dio cuenta que los mineros necesitaban una prend resistente para soportar el trabajo diario.
Surgieron así los primeros overoles, confeccionados en un Denia amarronado ( el nombre proviene del francés “sourge de Nimes”, que luego se transformó en su apócope “De Nimes”) una tela que se usaba para armar carpas. Más tarde Levi, al agotar las existencias decidió remplazarla por un Denia de color azul teñido con índigo
(una tintura de antiguo origen, también llamada añil).
En 1872 , Jacob Davis, un sastre lituanés radicdo en Reno, Nevada, que compraba las prendas de Levi para ofrecerlas a sus propios clientes, decidió escribirle una carta a
Strauss, donde le contaba que sus clientes pedían que reforzaran los bolsillos porque se descosían mucho.
A Davis se le ocurrió remachar las esquinas de los bolsillos con pequeñas piezas metálicas. Él le propuso a Strauss patentar la idea de colocar remaches en los pantalones de hombres. Y…lo demás es historia., de las minas de oro el yin saltó a las pasarelas y a la vida cotidiana. Lo usan las princesas, las estrellas del cine y los vendedores ambulantes. Y ahora sin caer en ningún tipo de problemas o error podemos decir y escribir los términos “bluyín” y “yin” para hablar de los azulones, vaqueros, pitusas o cualquier otra forma que se quiera llamarlos, ya que la Real Academia Española en el
Avance del Diccionario Prehispánico de Dudas de su página web así lo tiene.

Por otra parte el semanario internacional Orbe, de Prensa Latina lo publica con la firma de Oscar Domínguez y lo titula Biografía (no) autorizada del bluyín y a continuación expone:
En el árbol genealógico de todo bluyín hay un marinero genovés. Con razón
Colombiatex de América decidió hacerle un coqueto reconocimiento estos días en Medellín.
El origen de la prenda, continúa la “Biografia” los historiadores la ponen a nacer en
Génova, Italia..
El bluyín como el amor “es eterno mientras dura”, juraba alguien que era de estirpe gringa. Al fin y al cabo es el traje de los vaqueros que disparan balas en las películas del Oeste. Y es la pinta de fin de semana de los presidentes made in USA que se desestresan disparando misiles.
En épocas de vacas gordas, Génova fue marítima, usted levantaba un cenicero y debajo había un marinero.
Además parece que Génova también era rica en gente pobre. Pero como Dios aprieta
Pero no ahorca además de pobres y de marineros, le dio a la ciudad la extraña virtud una tela finísima de color azul. Se juntaron el hombre con la necesidad-marineros pobres y tela- y el jean estaba inventado Prensa Latina lo publica con la firma de Oscar Domínguez y lo titula Biografía (no) autorizada del bluyín y a continuación expone:
En el árbol genealógico de todo bluyín hay un marinero genovés. Con razón
Colombiatex de América decidió hacerle un coqueto reconocimiento estos días en Medellín.
El origen de la prenda, continúa la “Biografia” los historiadores la ponen a nacer en
Génova, Italia..
El bluyín como el amor “es eterno mientras dura”, juraba alguien que era de estirpe gringa. Al fin y al cabo es el traje de los vaqueros que disparan balas en las películas del Oeste. Y es la pinta de fin de semana de los presidentes made in USA que se desestresan disparando misiles.
En épocas de vacas gordas, Génova fue potencia marítima, usted levantaba un cenicero y debajo había un marinero.
Además parece que Génova también era rica en gente pobre. Pero como Dios aprieta
Pero no ahorca además de pobres y de marineros, le dio a la ciudad la extraña virtud una tela finísima de color azul. Se juntaron el hombre con la necesidad-marineros pobres y tela- y el jean estaba inventado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario