Aún después del adios.
Por ese amor que duele todavía
no se ha asomado el sol mi ventana
y aunque espero impaciente la mañana
como no llegs tú, no existe el día.
Por ese amor que duele y que porfía
en continuar a solas con su viaje
la esperanza quedó como equipaje
abandonado en la estación vacía.
Por ese amor no puedo aunque lo intento:
los postigos abrir de mi aposento
para que entren la luz y su alegría.
Y sigo empecinado en el regreso
de la mirada azul y el triste beso
de este amor que me duele todavía.
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