jueves, 7 de abril de 2011

Un Pionero educado y sonriente me dijo: un día seré como Martí. Vick Gómez Miller

Un pionero educado y sonriente me dijo: “Sueño que un día seré como MartÍ” .Crónica por Vick Gómez Miller. Entonces pensé escribir para los niños soñadores como era Nuestro Héroe Nacional José Martí. ¿Cómo era la estatura de nuestro Héroe Nacional? Y algo en mí se alumbró para concebir que La estatura de los Heroes es del tamaño de sus propias hazañas. De manera que estamos en Presencia de un gigante de la hidalguía y el talento unidos a la sinceridad y la modestia. El podía Percibir en la distancia los acontecimientos y en la cercanía calar muy profundo en sus Consecuencias. Sus historiadores lo describen como un hombre amable, sincero, dispuesto a sufrir por todos Los demás. Concebía a los niños como la prolongación maravillosa del ser humano. Al nacer su Ismaelillo le brotó del alma: ”Tengo un hijo…¡En él me renuevo!”. Renovarse en un niño es la Afinidad con el deseo del pionero educado y sonriente que motivó esta crónica: Ser como Martí. Su valentía y fortaleza de espíritu le llevaron a concebir el grado de resistencia que su cuerpo podría asumir ante el dolor y las penalidades en el accionar durante la Guerra Necesaria y nos enseñó que: ¡El silencio es el pudor del dolor”. Tanto amaba a los niños que gozaba su alma al escribir para ellos, contarle de la La naturaleza que nos rodea y muy en especial narrarles sobre la lucha colosal de los próceres De Nuestra América, como bautizó magistralmente el continente que se extiende desde el Bravo hasta la Patagonia. Tan persuasivos eran sus discursos que a todos convencía, porque con ellos era capaz de Hacer entender las causas por las cuales era necesario liberar a Cuba de España. . Su salud, debo de explicarte: Niño que anhelas ser como Martí, era muy escasa. Tanto que Sobrevivía por los anhelos de libertar a su Patria. Y al estar ya en Cuba, su amado suelo, y subir lomas a pie o a caballo cargando la pesada mochila que contenía medicamentos y vendas para los que resultaran heridos, planos, proyectos, libros, su correspondencia en fin sus objetos personales, ni se rendía ni se quejaba, que es una forma de ser gigante. Su corazón, su circulación sanguínea, sus pulmones, su sistema digestivo todo hacía mucho tiempo estaba afectado, amén del tumor testicular que aún se le reproducía y la huella supurante del grillete que nunca sanó. Pero era Nuestro Martí, Nuestro Héroe Nacional tan corajudo que nada ni nadie hubiera conseguido postrarle hasta que las balas de las armas españolas, sus Mausers le alcanzaron en una pierna, luego en el cuello y por último en el corazón. Solo así podrían derribarle… y al caer del caballo alazán que el Mayor General José Maceo Grajales, el hermano de Antonio, le regaló con extraordinaria devoción, estamos seguros, querido niño, que el lamento no afloró a sus labios. Hoy que los pioneritos, como tú, estuvieron en Congreso, se que ellos sienten en sus mentes y en sus corazones ese honroso anhelo que me confesaste: ¡ Ser Como Martí! ”

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