viernes, 1 de abril de 2011

Tema de Evocación y de Amor. Por Vick Gómez Miller

Hoy se precisa reflexionar una vez más sobre la presencia del ejemplo de José Martí en la lucha inclaudicble del pueblo de Cuba. De su luminosa vida de penurias y sacrificios parte esa carga emocional que conmueve y moviliza a la actual generción de cubanos. Anda Martí gallardo y sencillo en su itinerario latino-americano denunciando al enemigo que colonializa y no hay barrera que no derrumbre la lógica tenaz de sus palabras inflamadas por el fuego de la Patria ausente y predica y versifica sus sueños. Las calles de Nueva York observan su andar ágil y puntual, en la modestia de la levita raida por el uso que desafía el clima helado, pero lo que se colecta es para adquirir armas y ni un centavo toma El Maestro para mejorar su humilde mejorar su humilde vestuario. Ya en Cuba con la pesada mochila sube lomas a pié o a caballo, mientras el pudor del dolor se expresa en su silencio. Ni los más terribles malestares y vicisitudes de la salud le doblegan; anda triunfal y sonriente respirando ávido el aire de la Patria. El asume las dificultades esofágicas y cardio vasculares con entereza; la lesión pulmonar no merma su respiración; el quiste inguinal que no sana y el tumor testicular que se reproduce, amén de la huella supurante del grillete no acortan sus pasos. Anda su corazón en la entrega total por Cuba y ella inunda la correspondencia y sus delirios de libertad hasta el centellear de su ascenso a la muerte en Dos Ríos. Es su magnífico sufrimiento el que nos acerca; es su obsesión por la Guerra Necesaria contra el enemigo la que nos alerta; son sus premoniciones sobre el norte revuelto y brutal que nos desprecia las que nos previenen. El está en el pensamiento universal de Fidel, en su vida sin quejas pronuciadas ante el dolor y los sufrimientos. Martí vive en el alma de Fidel y en la obra gigantesca de la Revolución anda la sencillez rotunda del Apóstol. y

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