De tiempo en tiempo
pienso si recordando tu rostro
puedo traerte de vuelta.
Si en el ensalmo de unos besos
puedo salvarte de malos ojos.
Si mis huesos y todas mis cuerdas
pueden mantenerte suspendida
por encima de nubes ácidas.
Por eso callo, sonriendo como los tontos
y busco en los bolsillos
por si queda alguna partícula de tí.
Camino por este mundo
que perdió los unicornios y los elfos
preguntando si hallaste
cierta proteina extraña
que te supiera a amor:
como estos versos.
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