jueves, 8 de enero de 2009

EVOCACIÓN DE JOSE MARTÍ. Crónica.

Hoy se precisa reflexionar una vez más sobre la presencia de José Martí en la lucha inclaudicable de nuestro pueblo.
De su luminosa vida de penurías y sacrificios parte esa carga emocional que conmueve y moviliza a la actual generación de cubanos.
Anda Martí gallardo y sencillo en su itinerario Latino Americano,denunciando al enemigo que colonializa y no hay barrera que no derrumbe la lógica tenaz de sus palabras inflamadas por el fuego de la patria ausente.
Las calles de Nueva York observan su andar ágil y puntual con la modestía de la levita raida por el uso que desafía el clima helado, pero, lo que se colecta significa adquirir armas y municiones para iniciar la guerra y ni un centavo toma El Maestro en la humilde mejora de su vestimenta.
Ya en Cuba, con la pesada mochila al hombro sube lomas a pié o a caballo,mientras el pudor del dolor se expresa en su silencio.
Ni los más terribles malestares y vicisitudes de la salud le doblegan; anda triunfal y sonriente respirando ávido el aire de la Patria Amada; el asume la penuría corporal de las dificultades esofágicas y cardiovasculares con entereza, la lesión pulmonar no merma su respiración, el quiste inguinal que no sana y el tumor testicular que se reproduce,amén de la huella supurante del grillete no acortan sus pasos.
Anda su corazón en la entrega total por Cuba y ella inunda la correspondencia y sus delirios de libertad hasta el centellear de la caida en Dos Ríos.
Es su mgnífico sufrimiento el que nos acerca,es su obsesión por la Guerra Necesaria contra el enemigo la que nos alerta, son sus premoniciones sobre el norte revuelto y brutal que nos desprecia las que nos previenen.
El está en la silueta legendaria de Fidell,en su pensamiento universal y luminoso, en su crucial batalla de ideas.
Martí vive en el diario accionar del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana y en su obra gigantesca está la sencillez rotunda del Apóstol.

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